Titulo: Radioactive
Autora: C.L.H
Genero: Yaoi/RomanceRating: PG-15
Pareja: Sehun x Luhan
Advertencia: Violencia(?)
N/A: Esto anda sin betear u.u He sido forzada a subirlo D: Neeh, si hay alguna falla, que el cuerno mágico de Lay me ilumine :3
Radioactive
Corre, corre como si en ello se le fuera la
vida, como si fuera lo ultimo que puede hacer en esta vida, como si eso lo
mantuviera con vida y es así; está corriendo por su vida, por aquella persona
que mantiene viva la esperanza de querer vivir en aquel mundo de porquería,
corre porque si pierde a esa persona nada tendrá sentido y podrá acabar con el
agonizante mundo si así lo quisiera.
Ajusta la máscara de oxígeno a su cabeza y
se pierde entre aquellos callejones oscuros y con diversas bifurcaciones que lo
llevaran hasta él. Puede… no ¡debe! Llegar hasta el, debe salvarlo de las
garras de aquellos idiotas que no saben sobrevivir a lo que habían terminando
creando y usaban vidas ajenas para salvar las suyas.
Llega ante el imponente edificio que lo
mantuvo encerrado casi toda su vida, lo recuerda blanco como la nieve la
primera vez que lo vio, ahora solo es la sombra de lo que alguna día había
llegado a ser; gris, sin vida, con las personas que habían hecho de su vida un
infierno, como dueños del edificio.
Sabe que debe detenerse algún momento ya
que inhalar desesperadamente el oxígeno le hará daño, pero no puede, si se
detiene solo unos segundos podría significar su muerte y jamás se lo perdonaría. Siente que la máscara resbala
de su cabeza de nuevo y lo sujeta con una mano mientras con la otra, se
sujetaba a la barandilla de las escaleras, subía de 2 en 2 escalones, si podía,
de 3 en 3, el punto era llegar lo más rápido hasta él.
No sabe cuántos pisos había subido ya, pero
por su respiración y las pulsaciones en el cuello sabe que ha sido muchos, no
recuerda en que piso lo mantuvieron encerrado a él, pero solo sabe que era en
la parte más alta de aquel edificio ya que siempre lo amenazaban con castigarlo
si se acercaba demasiado a las pequeñas ventanas que lograba encontrar. No sabe
si detenerse en cualquiera y perderse en sus pasillos o seguir subiendo hasta
encontrar señales de él. ¿Qué puede hacer? Se desespera. ¿Qué debe hacer?
Unos gritos despejan la maraña de ideas que
tiene en la cabeza, se paraliza entre el penúltimo y ultimo escalón y se
concentra en oír de nuevo aquel sonido, no escucha gritos pero lograr divisar
con una audición aguda que no posee, unos gemidos y sollozos ahogados. Una ira
le recorre el cuerpo y la reacciona a una velocidad increíble. Entra a aquella
planta y ve que está casi a oscuras, solo tiene la ayuda de las luces de
emergencia, que titilan seguidamente anunciando quizá, que están prontas a
extinguirse.
Piensa en llamar a gritos a su pequeño;
porque lo es a pesar de ser mayor que él, pero desecha rápidamente la idea ya
que quizá aquellos asesinos estaban con él, se acerca lentamente por el pasillo
principal e intenta recordar de donde vino el grito y los pequeños sollozos.
Está perdido otra vez y la desesperación vuelve; necesita encontrarlo, necesita
saber que está bien, que ellos no le
han hecho daño.
Otro grito interrumpe su desesperación y
esta vez reconoce claramente la voz de Luhan, y el grito; el grito era uno de
dolor. La ira aumenta dentro de él y corre hasta la habitación de donde
provenía su voz. Debe encontrarlo y matar a los que están dañando a Luhan, a su Luhan.
Logra encontrar la habitación y cuando
levanta la vista, deseo no haber visto aquello, ya que si alguna vez se le paso
por la mente fugazmente dejar con algo de vida a esos idiotas, ahora no habría
ni un rastro de compasión, los mataría hasta dejarlos sin una gota de sangre.
El cuadro en el que se encontraba Luhan era completamente deplorable: Atado a
la camilla con varias agujas incrustadas en ambos brazos y extraños cables de
diversos colores acoplados a su pecho desnudo, una máscara de oxígeno es lo
único que lo mantiene vivo, consciente, despierto, de cara con la desesperante
realidad.
Luhan sigue gimoteando en voz baja; no se
da cuenta de la nueva presencia en la habitación y solo quiere que aquella
tortura acabe, inhala desesperadamente del oxígeno que le proporciona la
máscara, recuerda lo que le dijo Sehun alguna vez “No respires aceleradamente, solo le harás daño a tus pulmones” recuerda
siempre sus advertencias, sus consejos, lo recuerda a él. Recuerda sus abrazos protectores, sus caricias relajantes, sus
besos tranquilizadores; lo recuerda todo de él, y solo desea poder verlo aunque
sea una última vez. Ahora solo quiere morir, no cree poder soportar a la
tortura a la que lo someten aquellos hombres; solo quiere verlo una vez más y
morir en paz. Otra descarga más y siente que el mundo se apaga para sus ojos;
escucha un grito, pero lo oye lejano, siente que aquella voz suena muy furiosa,
dirige la mirada hacia el lugar de donde provino el grito, y ve un familiar
cabello rojo sangre. No, esta alucinando, es su mente en sus últimos momentos
cediendo ante sus deseos de ver por última vez a aquella persona, es solo su
imaginación.
Para Sehun, sentía que el mundo se
terminaba al ver a Luhan temblar en la camilla y cerrar los ojos cansinamente,
siente que lo pierde y no cree poder soportarlo, debe salvarlo, debe hacerlo
ahora.
Grita de furia y siente que su cuerpo arde de ira; no tendrá el poder de Chanyeol pero cree poder entender cómo se siente cuando este combustiona al transformarse. Camina hacia los hombres que se encuentran en una esquina de la habitación, manejando unas máquinas algo familiares para él. Uno de ellos, lo mira con desprecio, con burla y presiona un botón entre aquella maraña de controles. Ve horrorizado como Luhan convulsiona en la camilla y grita con las pocas fuerzas que le quedan.
Grita de furia y siente que su cuerpo arde de ira; no tendrá el poder de Chanyeol pero cree poder entender cómo se siente cuando este combustiona al transformarse. Camina hacia los hombres que se encuentran en una esquina de la habitación, manejando unas máquinas algo familiares para él. Uno de ellos, lo mira con desprecio, con burla y presiona un botón entre aquella maraña de controles. Ve horrorizado como Luhan convulsiona en la camilla y grita con las pocas fuerzas que le quedan.
No piensa tener piedad de nadie, Va por el
primer hombre quien lo sigue mirando con desprecio mientras el otro solo lo
ignora y sigue concentrado en las máquinas, corre hacia él y le asesta el
primer golpe que termina en la parte izquierda de su cabeza y con la máscara de
oxígeno algo movida, un golpe cargado de furia y odio, infinito odio. El
contrario solo se vuelve a acomodar la máscara y sigue sonriendo
socarronamente, como diciéndole que golpeándolo no lograra nada. Y quizá sea
así, pero es hasta ahora todo lo que puede hacer para salvar a Luhan.
Los golpes continúan, y no solo aquel
hombre es golpeado; el dolor en el estómago bajo y las piernas no están
despareciendo como debe ser y empieza a sentirse algo cansado; pero aun así no
se detiene y sigue repartiendo golpes en todo la extensión del hombre, siente
que al golpearlo es cono desahogarse de un peso enorme, el hombre tiene toda el
cuerpo golpeado, y el también, pero no sabe que más hacer. Pareciera que aquel
hombre nunca se iba a cansar, que no iba a dar tregua a nada, que estaba
dispuesto a luchar hasta morir como él. Siente el brazo del contrario cerrándose
en su delgado cuello empezando a cerrar
sus vías respiratorias; reparte golpes hacia atrás pero no acierta ninguno,
siente que los latidos de su corazón están acelerando de una manera increíble,
y cuando cree todo perdido, lo único que se le ocurre es levantar el brazo y
sujetarse a la cabeza del hombre. Grande es su sorpresa al sentir que su brazo
resbala por la parte trasera de esta y se lleva consigo la máscara de oxígeno.
La presión en el cuello desparece en segundos y abre completamente las fosas nasales
para recuperar todo el oxígeno que poco a poco estaba perdiendo, la máscara se
nubla con su respiración y siente una mano sujetando fuertemente su brazo
intentado quitarle algo. Vuelve la vista hacia ella y se da cuenta de lo que
acaba de hacer; acaba de quitarle la única manera de poder sobrevivir en ese
mundo, le acaba de quitar el oxígeno al hombre. Mira como el otro agarra
desesperado su cuello con una mano mientras con la otra intenta débilmente
quitarle la máscara de las manos. Ve como esta sigue conectada a una válvula
aun en la espalda del desgraciado ese y solo piensa en cómo sacar provecho de
esto, quiere verlo muerto, quiere verlo sufrir, sufrir como lo hace Luhan. Solo
jala con toda la fuerza posible lo que tiene en su mano y ve con agrado que
este se separa con un sonido de destape de la válvula. Escucha como el oxígeno
puro se escapa de esta y soltando finalmente la ahora inservible máscara,
siente que ahora todo está equilibrado, puede sentir aquel huidizo aire entre
sus dedos y sabe que ahora es capaz de todo con solo aquel elemento entre
ellos.
Sonríe con algo de demencia al ver al hombre por fin caer al suelo soltando un último suspiro de desesperación. Levanta las manos y un pequeño remolino de aire se visualizan en cada una de ellas. Ahora por el otro, debe acabar con aquel par y el mundo al fin estará tranquilo.
Ve al último sobreviviente fijar la vista en él y retrocede con el temor marcado en sus pupilas. Lo siente, lo ve, aquel bastardo que se creía dueño de su vida le tiene miedo ahora, tiene miedo de lo que termino creando; pero poco le importa, debe acabarlo, matarlo, desparecerlo de la faz del agonizante planeta. Con un solo movimiento de manos, dirige el viento a hacia él. El contrario sujeta la máscara en su cabeza como medida de precaución; Sehun al verlo solo atina a soltar una carcajada que solo está llena de desprecio y piensa en lo absurdo que es el humano al sentirse en peligro de muerte. Con un giro de sus manos logra que el viento se arremoline alrededor del hombre y lo maree.
Sonríe con algo de demencia al ver al hombre por fin caer al suelo soltando un último suspiro de desesperación. Levanta las manos y un pequeño remolino de aire se visualizan en cada una de ellas. Ahora por el otro, debe acabar con aquel par y el mundo al fin estará tranquilo.
Ve al último sobreviviente fijar la vista en él y retrocede con el temor marcado en sus pupilas. Lo siente, lo ve, aquel bastardo que se creía dueño de su vida le tiene miedo ahora, tiene miedo de lo que termino creando; pero poco le importa, debe acabarlo, matarlo, desparecerlo de la faz del agonizante planeta. Con un solo movimiento de manos, dirige el viento a hacia él. El contrario sujeta la máscara en su cabeza como medida de precaución; Sehun al verlo solo atina a soltar una carcajada que solo está llena de desprecio y piensa en lo absurdo que es el humano al sentirse en peligro de muerte. Con un giro de sus manos logra que el viento se arremoline alrededor del hombre y lo maree.
El hombre siente al viento colarse entre
sus dedos, su cabello, sus orejas. Le incomoda, le molesta la intrusión del
viento y ahora solo lo desespera; el viento está empezando a ejercer presión en
su cuello y pecho. No logra librarse de ello y al fin logra separar las manos
de su cabeza para llevarlas hacia su cuello. Sehun sonríe al ver la última
acción, es lo estaba esperando; con otro movimiento de manos logra despojar al
hombre de la máscara. La desesperación cada vez es más notable en el rostro del
hombre, tiene una mano en el cuello mientras que el otro solo quiere alcanzar
la máscara que flota a su lado, estira la mano intentado alcanzarlo pero esta
solo se aleja más. Escucha la risa burlona de Sehun mientras ve como la máscara
pierde soporte y finalmente cae con un golpe seco en el suelo. Ve como el menor
hace otro movimiento y siente al viento bailar alrededor suyo, y lo entiende:
es una burla, el jovenzuelo solo se está burlando de él y jugando con sus
últimos minutos de vida. Cae al suelo e intenta nuevamente alcanzar la máscara
que estaba solo a centímetros suyos, como si tuviera vida, esta se aleja en el
momento que lo intenta alcanzar. Levanta la vista y se encuentra con el rostro
de su antiguo experimento, está sonriendo mientras niega con la cabeza algo
divertido.
—Se… Sehun…—logra oír y ve que el nombrado
gira la cabeza ante el llamado y mira horrorizado al otro chico amarrado en la
camilla.
Se estaba dejando llevar, no era él; era la
furia y el odio que tomaban control de él. Pero lo escucho, escucho como lo
llamaban y en menos de un segundo se dio cuenta de lo que hacía. Dejo al hombre
morir tranquilamente y se acercó corriendo al chico que aún se encontraba
sujeto a la camilla.
—Lo siento, lo siento, lo siento de
verdad—dio entre lágrimas mientras desataba al rubio y le arrancaba aquellos
cables del pecho. Sintió completamente helado su cuerpo y se despojó
rápidamente de su chaqueta para cubrir al más pequeño. Lo abrazo y lo sintió
temblar entre sus brazos, sus sollozos aumentaron al darse cuenta de lo cerca
que estaba de perder a Luhan solo por tomar venganza de aquellos idiotas.
—Sehun…no llores… Sehun…por favor…—logro
escuchar, pero se oía ahogado, la máscara distorsionaba su voz. Llevo la mano
hasta esta con ademan de quitársela pero Luhan lo detuvo rápidamente viéndolo
aterrorizado.
—Cálmate—le susurro—, solo deja que te
quite esto.
Luhan solo soltó su agarre en la mano de
Sehun y contuvo la respiración esperando aquella sensación de ahogo, pero vio
al menor hacer un movimiento con una mano y le sonrió con ternura
—Vamos, solo inhala…
Luhan probo la primera inhalación y noto
que no se ahogaba, que podía respirar como lo hacía en el siglo anterior o como
lo hacía en la base del grupo. Levanto la vista y se encontró con los ojos de
su pelirrojo que lo miraban fijamente, logro notar la tristeza que había en
ellas así que se apresuró a calmarlo besándolo con algo de desesperación.
Sehun sintió los labios del rubio sobre los
suyos y respondió con la misma desesperación. Lo extraño, lo extraño demasiado,
extraño sus besos, sus susurros; ¡Dios! Lo necesitaba tanto. Dejo sus labios
para besar sus mejillas, su nariz, sus parpados, mientras no dejaba de
susurrarle lo mucho que lo sentía, lo sentía por haber demorado, por no haber
llegado antes, por no haber sido más ágil. Y Luhan solo respondía que estaba
bien, que no había nada de que sentirlo, que ahora él estaba ahí, a su lado. Lo
abrazo nuevamente, tan fuerte, como si quisiera fundirse con él, y lo vio. Vio
a aquel hombre con una mano sujetando su máscara y en la otra, una jeringa
dirigida directamente hacia la espalda de su menor.
— ¡Nooo!— logro exclamar para luego soltar
un brazo del cuello del pelirrojo y estirarlo con dirección al hombre. Sehun se
separó confundido y vio con sorpresa al hombre intentando mover su brazo, pero
este seguía inmóvil, como si una fuerza estuviera reteniendo su brazo. Escucho
al rubio decir algo acerca de los ojos, y lo único que pudo hacer fue
cerrarlos, segundos después escucho como un cuerpo caía al suelo pesadamente.
Abrió los ojos despacio y vio al hombre
segundos antes vivo, desplomado en el suelo con una jeringa clavada en el
cuello. Dirige la vista hacia Luhan quien mira horrorizado al hombre y empieza
a llorar. Vuelve a abrazarle mientras le susurra que todo está bien, que todo
eso era necesario, que no sintiera culpa de nada, que todo ahora estaría al fin
en calma.
— ¿Dónde están los demás?—logra preguntar
al fin el rubio, ya calmado y aun abrazado a Sehun.
—Chanyeol y Kris aún están buscando a gente
sobreviviente, SuHo y Lay se quedaron en la base para ayudar en caso de que
encontraran a alguien. Chen y D.O salieron en otra exploración por separado
para encontrar a más como nosotros.
— ¿Baek y Kai?— vuelve a preguntar
extrañado, al no escuchar de ellos en la explicación de Sehun.
— ¡Ah! Lo olvide, Kai logro encontrar un
planeta algo similar a este en sus buenos tiempos, es cuestión de tiempo de que
este termine autodestruyéndose y necesitamos uno para vivir. Se llevó a Baek y
a los niños para ir preparándolo, necesitaba de mi ayuda para equilibrar la
atmósfera pero necesitaba encontrarte, así que le dije que se las arreglará
hasta que te encontrara.
Luhan soltó una risita mientras el
pelirrojo dejaba besos en su sien. Se sentía tan bien, los brazos de Sehun
alrededor suyo, sus besos, saber que los demás estaban bien. Solo hace unos
momentos creía que estaba a unos pasos de morir, y ahora era casi imposible de
creer que estuviera en los brazos de Sehun, sintiendo su calor y respirando de
su aire.
— ¿En qué piensas eh?—pregunto el pelirrojo
al ver al más bajo algo distraído. Este solo negó con la cabeza y le dejo un
pequeño beso en los labios. —Bueno, es hora de irnos, un largo camino nos
espera hasta la base—logro decir mientras le ajustaba la chaqueta sobre los
hombros y le tomaba de la mano. Era momento de regresar a casa, con su familia.
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